Sin quererlo y sin buscarlo…Desapareció

¡Sin quererlo y sin buscarlo, acabó teniendo cosas suyas en un estante de su baño!

Ella era especial, muy especial. Estaba allí sin pedir, sin exigir y sin poner excusas, estaba allí con un miedo feroz a la vida y con una desconfianza que estaba siendo alimentada constantemente por la gente que la rodeaba.

Se perdió entre sus palabras y pensamientos desordenados, entre mentiras y deducciones, entre suposiciones y explosiones absurdas de ira por el simple hecho de no preguntar, de desconfiar, por desaparecer sin decir adiós. Se alejó esperando que la buscaran, intentando protegerse entre sus propios abrazos y sus malos consejos,

Si mira atrás, recordando esos momentos, anhela con tristeza lo que pudo haber sido. Sin remordimientos ni pena, sin rabia ni despecho, y con muchísima ternura, le desea lo mejor para su crecimiento y su evolución para el resto de su vida, pero quiere que sepa que ella hubiera seguido adelante, por la simplicidad y la facilidad del proceso.

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