A esa persona que pasa desapercibida ante tus ojos, esa que no te llama la atención, y cuya luz interior brilla de tal manera que su presencia, su actitud y sus palabras llenan tus vacíos.
A esa persona que a pesar de sus ausencias no resueltas, está ahí, liberando tu mente y revolviendo tu alma sin permitirte resolver el puzle.
A esa persona que te atrapa por no encajar en un perfil predeterminado, que entra a por todas, pero acaba saliendo de tu vida por la puerta de atrás, y sin hacer ruido.
A esa persona que pasa de puntillas por tu vida, pero te hace pensar dejando huellas tan profundas que ni el agua las puede borrar.
A esa persona que duda antes de actuar, que te estudia en profundidad pensando que va a descubrir tus secretos solo con mirarte, sin preguntarte, y sin más información que su interpretación sobre lo escrito y lo no dicho, sobre lo hecho y lo no hecho.
A ti, a esa persona encerrada en tu interior, le digo:
¡Tranquila esperaré a que te encuentres para estar siempre contigo!