Cada vez conoces mejor la situación, y aun más lejos ves la solución.
¿Qué puedes hacer? ¿Tentar tu suerte y seguir adelante? ¿O dar la marcha atrás, y pisar descalzo esas espinas que con esfuerzo y dolor has superado?
¿Quién te da la respuesta que tanto buscas? ¿Quién te da ese sorbo de agua que alivia tu sed, y apague ese fuego que te esta consumiendo por dentro?
Algo crece en tu interior y buscas la manera de aderezarlo para evitar que llegue a envenenarse por tu errores, por tus dolores, por tus apegos.
Pero ¿ Y si resulta que no merece la pena? ¿y si no pruebas?
¡Serás el único que se siente a la mesa a probar el amargo sabor de tu fracaso!