¡La miraba DISIMULANDO!

Era feliz sólo de pensar que aparecería e impaciente esperaba su sonrisa al mancharse con la espuma del café, al ver una mariposa pasearse muy cerca o al disculparse por tropezarse con alguien por las prisas.

Día tras día la buscaba entre la gente y la seguía con la mirada hasta que desaparecía tras la siguiente esquina.

A él le gustaba verla
mientras estaba distraída,
a ella le gustaba sentir su mirada
y fingir que no se daba cuenta.

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