¡La mentira como estrategia de ocultación y supervivencia, puede traer complicaciones y alejar de ti cosas maravillosas!
Resulta difícil huir de ese sentido de pertenencia intrínsecamente ligado a la naturaleza del ser humano. Todos anhelamos esa conexión, ese refuerzo en la identidad propia, y aceptación del grupo, y son muchas las personas están dispuestas a hacer lo que sea necesario para poder pertenecer a un grupo, incluso, señalar a otras como el enemigo para quedar bien, o para poder seguir ocultándose a simple vista.
Pero, ¿qué ocurre cuando falseamos información para quedar bien?
A menudo, las mentiras no surten el efecto esperado. Resulta que no solo las mentiras tienen las patas muy cortas, sino que a la verdad no le importa lo que tu pienses o como lo justifiques, y la busques o no, corres el riesgo de que te encuentre.
Teniendo en cuenta que el tiempo es el más ordenado de los conceptos filosóficos, pues pone cada cosa en su lugar, probablemente acabará colocándote en tu sitio, decidas o no aceptar ese movimiento. Recuerda que tendrías que tener muy buena memoria, para no cometer de error de pisar mentira tras mentira con una verdad que salta sin control y sin permiso, dejándote en evidencia.
¡Perdiste aquello que creíste haber encontrado, dejándolo escapar entre tus manos por culpa de una lengua descontrolada. Solo por mantener una fachada!