¡Tus ojos se clavaron en mi
al cruzarse tu mirada con mi alma!
¡Cierra ese libro! me dijiste:
comienza uno nuevo
con páginas en blanco que puedas llenar de ti…de mi…
Saliste de viaje…
…mejor viajar lleno de esperanza
que llegar a tu destino…en él,
puedes no encontrar lo que creías,
sino lo que debías,
y a menudo,
nuestro sino,
se nos cruza por aquellos caminos
que tomamos precisamente
para evitarlo,
y nos enfrenta con nuestra propia realidad.
Sólo el suave roce de la esperanza
acabará con el sufrimiento
de esta realidad no compartida
pero deseada,
admirada,
añorada.
Vive, ¡tu vida es tuya !
no permitas que la dirijan,
que te encierren,
que te anule…
¡disfrútala!
El tiempo pasa…
Ese amor congelado
perdurará para siempre
como una foto en la memoria del destino,
como una piedra en el camino.
¡Gracias por compartirte conmigo!