Impregnado de ti,
de tu olor,
tu sabor,
tus risas,
tus besos
y tus NO continuos.
No puedo sacarte de mi,
ni de mi cabeza,
ni mucho menos de mi cama
cuando consigo tenerte en ella.
Me acostumbré
a un YO, me, mi, siempre CONTIGO
y un TÚ, te, ti, para siempre CONMIGO.